DE LA ÓRBITA FINAL de Eduardo Kunstek.
Hace un par
de años recibí un mensaje con la alegre sorpresa de que tenía un libro de que
debía recoger de cierta calle, acá en Oruro. Era el libro DE LA ÓRBITA FINAL de
Eduardo Kunstek, que había sido publicado por TRILCE “Cuadernos de Poesía”.
Editorial que ha publicado también al genio boliviano Antonio Terán Cavero.
Yo había
escuchado hablar de Kunstek y, desde luego, conocía poemas suyos; uno de mi
especial predilección que no tiene título y que empieza con los maravillosos
versos
“A un poeta
no se lo hiere
—es preferible
matarlo—”
y al
recibir el libro me sentí especialmente honrado de que ya se haya enterado de
mi existencia y caminata por las mismas calles que a él le dieran sol y sombra
aquí en Oruro.
DE LA
ÓRBITA FINAL, es un libro acerca de la búsqueda escatológica de la última
experiencia vital asumiendo la belleza como último margen del mundo comprensible,
del mundo habitable, del mundo posible; donde un jardín es el lindero con lo
desconocido y uno no puede sobrepasar ese margen. Por tanto, es una tesis
acerca de que no es la ontología en realidad la que debiera dar respuesta a
nuestro ser y sus limitaciones sino la estética.
Esto podría
acercarnos metafóricamente a la imagen del edén a cuya orilla deambulan los
expulsados del paraíso. Este poeta
caminante, piensa del propio camino, que está mal andado, no por cojo, sino por
haber sido recorrido casi de puntillas, dejando huellas incompletas.
El poeta da
sus palabras a ver si pudiera encontrar eco de ese paraíso, o ese más allá de
los jardines que hacen de límite final, porque tal vez fuera la voz de la poesía
la única que pudiera escapar de este mundo limitado; donde la belleza es lo
único que lo excede. La poesía además es la luz que trata de alumbrar más allá
de ese final.
* Eduardo
Kunstek Montaño, es poeta orureño, ha publicado
SERGIO
GARECA
ORURO, 2021
Final de Viaje
Para bajar
la luna a la aldea de los alfareros
dejaré ambos
recuerdos, luna y barro,
¡mejor
todos!
besando la
niebla del último invierno
aquilatada
de siglos con ñoña avidez
Solo mis
pasos orquestados de caminante
libres de
tropiezos en vuelo
por
trombones dispersos y perdidos
a la hora
del concierto de tan tristes dioses
a cada
golpe de talón perderé una palabra
para llegar
en silencio al barro primordial
a la
calesita en su giro perpetuo
moldeando
nuevas desventuras inmensurables
a la luz de
la luna el jardín se duerme
condescendiendo
en ocultar bajo los pétalos
a recuerdos
recurrentes entre espinas
*
CONCURRRENCIA
Cuando la
luz oculta sus fotones
una voz
congrega desde las sombras.
la luz no
sabe del eco que arrastran sus palabras
que calor
templa al grito y mata a la caricia
su murmullo
de palabras roídas en la garganta
ganando al
silencio del sol de mediodía
no sabe la
luz que las palabras crepitan
más allá de
los significados adormecidos
se
multiplican allende la memoria
esquivando
olvidos devueltos a la vigilia.
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