ROCA NEGRA, EL NUEVO LIBRO DE OMAR ALARCÓN


ROCA NEGRA, EL NUEVO LIBRO DE OMAR ALARCÓN

Gracias al espacio Escándalo en tu Barca, que organiza nuestra amiga, amigaza, amiguísima, Adriana Lanza, tengo la oportunidad de volver a publicar reseñas de libros y otros comentarios. Sobre todo, después de que el Blog de Perro Petardos fuera censurado por Facebook.
En esta primera oportunidad le voy a dedicar unas líneas al reciente libro de Omar Alarcón. Poeta de Sucre. Es un poemario que goza de ciertos lujos como las ilustraciones de Máximo Pacheco Balanza y el trabajo editorial de René Silva Catalán.
Roca negra es un canto de relación humilde con la muerte a partir del ser humano como una cavidad de recepción permanente. El ser humano se revela como un ser “Irrecíproco”, incapaz de dar y de contener al mundo.
Roca Negra es una fórmula de inmortalidad, dentro de la concepción de que la omnipresencia de la muerte nos abstrae de nuestra presencia en la vida, nuestro estado de “vivos”. Por tanto, el ritmo temático del libro nos va a ir recordando permanentemente ese “estar vivo”, a través de las sensaciones, de la realidad en su más bondadosa dadiva, las flores, el viento, las aves; y hablándonos casi en murmuraciones, para que la muerte no se dé cuenta de que oímos al poeta.
Otro ingrediente de ese ritmo temático es la sensación de vacío permanente, desde el primero al último poema. La identificación constante con la vasija y con el absurdo. La disfuncionalidad del ser, su vacuidad. El “ser” que forma parte del todo, pero no puede disfrutarlo, el cosmos sólo deja un espectro, una prueba gratis y luego niega toda su extensión.
En el juego del todo y la parte, el poeta se autodefine como la piedra negra de la costa, que recibe a las olas del mar. El Mar equivale al todo, y el poeta es solo una orilla que recibe, de ese todo, una gran fuerza. Hace nuevamente el ejercicio de contención y es, a su vez, una parte de la vasija que no alcanza a contener la inmensidad. Así como la balsa hace juego de ironía. La balsa que estando vacía es capaz de flotar en el basto mar. Este es uno de los paisajes del libro.
El otro paisaje es el desierto, la búsqueda. Perdido en el infinito, no hay ningún camino. El poeta no lo encuentra. La única riqueza posible está en la vida y su fragmentaria alegría de colores y sentidos. Son poemas que provocan ternura y calamidad. 
Roca Negra es también una concordancia con la obra Fílmica de Omar Alarcón. El Mar Negro y la Roca Negra. Una roca que recibe la fuerza del Mar. Además, es la fragmentación, una parte del propio O-mar. La “O” con todo su vacío interior, y el mar, con toda su plenitud.

SERGIO GARECA
ORURO, MAYO 2020




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